Él fue el esposo de Nuestra Señora, el padre adoptivo del Niño Jesús. El esposo debe estar proporcionado a la esposa. Y su esposa, María Santísima, es de lejos, la más perfecta de todas criaturas, la obra prima de Dios. Sumando las virtudes de todos los ángeles, santos y hombres hasta el fin del mundo, no tendremos ni siquiera una pálida idea de la sublime perfección de María.

La misión de San José fue la de ser imagen de Dios Padre a los ojos del propio Hijo de Dios, Jesucristo: por eso, las Sagradas Escrituras lo proclaman “José, el Justo”. A San José, podemos aplicar las mismas palabras del propio Espíritu Santo al respecto del Rey David, “El Señor buscó a un hombre según su corazón”. Este hombre es José