Publicado 2017/04/01
Autor : Gaudium Press

Técnicas médico-forenses identifican las que serían pruebas de la fidelidad del relato de la Pasión según San Juan.

Murcia (Sábado, 01-04-2017, Gaudium Press) Un nuevo estudio con técnicas médico-forenses fue realizado en España con un enfoque en las manchas de sangre que se encuentran en la Sábana Santa de Turín. Las conclusiones del análisis ofrecen detalles sobre la herida del costado del hombre de la Sábana, el cual la tradición identifica con Jesucristo, quien recibió una herida penetrante que perforó el “hemitórax derecho, con entrada por el quinto espacio intercostal y salida por el cuarto, próxima a la columna vertebral y la escápula derecha, dejando marcas de coágulos de sangre y de líquido pleuro-pericárdico”, según informó la Universidad Católica de Murcia (UCAM), España.

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Alfonso Sánchez Hermosilla, Investigador de la UCAM. Foto:  Universidad Católica de Murcia.

La investigación sobre el Sudario de Oviedo y la Sábana de Turín son dirigidos por Alfonso Sánchez Hermosilla, Investigador de la UCAM, médico forense del Instituto de Medicina Legal de Murcia y asesor científico del Centro de Internacional de Sindonología de Turín. Los hallazgos concuerdan con la descripción de los versículos 33 y 34 del capítulo 19 del Evangelio según San Juan. “Las manchas de sangre en las que hemos trabajado siempre han estado ahí, pero nadie las había estudiado, y son las únicas de esas características”, explicó Sánchez Hermosilla. “Hasta el momento se habían atribuido a marcas ocasionadas por heridas de flagelación”.

Las manchas, identificadas en la Sábana Santa y en el Sudario de Oviedo, además de probar que la telas envolvieron a la misma persona, “comparten características comunes y son muy diferentes del resto, tanto por su morfología y complejidad tras su análisis macroscópico, con una alta concentración hemática en el centro y un cerco más claro y perfilado”, anunció la UCAM. “Esta mancha además se vuelve invisible si se observa bajo un filtro infrarrojo, como es habitual en las manchas ocasionadas por sangre cadavérica, al contrario de lo que ocurre con la sangre vital (las marcas puntiformes por ejemplo, fruto de las lesiones atribuidas a la corona de espinas)”.

Las técnica forenses describen de un modo extremadamente detallado el recorrido de el objeto punzante que perforó el costado. “Especialmente la aurícula derecha del corazón, en cadáveres de personas que han sufrido una larga agonía, con mucha frecuencia presentan grandes coágulos de sangre, muy similares a los que formaron la mancha del costado de la Síndone de Turín”, cita el estudio. “Al atravesar el pulmón derecho, el arma se abrió paso también a través de las vías aéreas intraparenquimatosas y, como consecuencia, parte de los fluidos orgánicos mencionados se abrieron paso de este modo en una trayectoria ascendente, como consecuencia de la presión intratorácica ocasionada por la energía cinética que el avance del arma transmitía al cadáver; estos fluidos viajaron a través de las vías aéreas superiores y finalmente se emitieron también por la boca y nariz del cadáver, ocasionando nuevas manchas en estas áreas en el Sudario de Oviedo. Por supuesto, al retirar el arma, también salieron estos fluidos por los orificios de entrada y salida”, establece.

La experiencia en la persona que administró el golpe resulta evidente en la técnica de poner la hoja en posición horizontal y la ausencia de “lesiones de tanteo” que demuestran que no fueron necesarios varios intentos para infringir la herida buscada. El uso de un microscopio electrónico de barrido permitió determinar la presencia de pólenes, la conservación del material textil (lino) y los contaminantes orgánicos e inorgánicos. La presencia en el sudario de Oviedo de un polen de la especie Helicrysum Sp., también identificado en la Sábana Santa, establece una nueva relación entre los dos venerados objetos. Se descartó que se trate de una contaminación posterior, ya que el polen se encuentra adherido a la sangre. “Es decir, que llegó a la reliquia a la misma vez que la sangre, no de forma aleatoria”.

Con información de UCAM.