Salimos de la casa de los Heraldos del Evangelio de Costa Rica, después de un desayuno abundante y despedirnos de todos los Heraldos, qué tan bien nos han tratado en estos días que hemos pasado juntos, montamos en la micro bus y nos dirigimos hacia Managua.
Llegamos a Managua a las 6 de la tarde. Fuimos a misa en la parroquia.
Luego de la cena, debido al intenso calor que caracteriza estas tierras, nos dimos un pequeño chapuzón en la piscina.
Nos levantamos al otro día bien temprano y partimos para nuestro querido El Salvador.
Gracias a Dios llegamos muy bien, y lo primero que hicimos fue dirigirnos a la capilla para agradecer a Nuestra Señora por todas las gracias que Ella misericordiosamente nos concedió en este inolvidable viaje. y quedamos en la espera de las próximas aventuras.
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