Ciudad del Vaticano (Viernes, 03-12-2010, Gaudium Press) “(…) Un pueblo hospitalario y orgulloso de sus tradiciones (…) que hace siglos acogió la semilla evangélica para ver cómo germinaba pujante en innumerables iniciativas sanitarias y de promoción humana”. Para el Papa Benedicto XVI, así la Iglesia ve a Costa Rica, cuyo nuevo embajador para la Santa Sede fue recibido en audiencia privada, esta mañana, en la presentación de sus cartas credenciales.
Fernando Felipe Sánchez Campos, el nuevo delegado costarricense ante la Santa Sede, oyó del Papa los votos de un servicio fructífero ante la Santa Sede y también las observaciones y recomendaciones del Pontífice en lo que dice respecto a las principales áreas de interés en la relación entre Costa Rica y la Iglesia.
En su discurso, Benedicto XVI recordó la reciente conmemoración de los 375 años del descubrimiento de la imagen de Nuestra Señora de los Ángeles, patrona de Costa Rica, y la celebración del Año Jubilar que está en curso en el país de cara a la fecha – celebración que, cree, “producirá abundantes frutos de vida cristiana”.
El Papa manifestó al embajador su deseo de que los costarricenses “encuentren siempre en Dios la fuerza para luchar contra la pobreza, la violencia doméstica, el desempleo y la corrupción, buscando la justicia social, el bien común y el progreso integral de las personas”. En este sentido, y subrayando las raíces cristianas del país, Benedicto XVI dijo que recae especialmente sobre las autoridades la tarea del desarrollo humano, que, según él, debe ser llevada a cabo sin el “menoscabo” a valores fundamentales.
El Pontífice recordó también que fue en Costa Rica donde se firmó el Pacto de San José, (tratado de la Convención Interamericana De Derechos Humanos firmado en 1969 por diversos países, que reconoce el valor de la vida humana desde la concepción), y que, también de cara a esto, “es deseable que Costa Rica no viole los derechos de los no nacidos con leyes que legitimen la fecundación in vitro y el aborto”.
El deseo de un nuevo marco jurídico
En su discurso, Benedicto XVI manifestó también su deseo de que sea establecido un nuevo marco jurídico entre la Santa Sede y Costa Rica, “afianzando, así, aún más las fructíferas relaciones existentes entre la Iglesia y el Estado” en diversas materias de interés común, y dijo estar rezando por las víctimas y las pérdidas materiales de Costa Rica en consecuencias de las fuertes lluvias que alcanzaron al país.
Sobre el tema de la paz y el desarrollo, el Papa pidió que las autoridades “no vacilen en rechazar con firmeza la impunidad, la delincuencia juvenil, el trabajo infantil, la injusticia y el narcotráfico” con medidas dirigidas a la seguridad ciudadana y basadas “en una justa formación de los jóvenes y los niños, debida atención a los presos, asistencia sanitaria eficaz para todos, en particular a los más necesitados y los ancianos, y programas que lleven a la población a tener una morada digna y un empleo decente”.
El Papa también destacó la importancia que se debe dar a la familia, resaltando la necesaria estabilidad y la unión de la misma, “pilares substanciales e irrenunciables”. Según el Santo Padre, la familia viene sufriendo, “tal vez como ninguna otra” institución, los efectos de las transformaciones y la modernización de la sociedad. La familia “no puede perder su identidad genuina, pues está llamada a ser vivero de virtudes humanas y cristianas, en el cual los hijos aprendan de sus padres la forma natural de respetarse y comprenderse, a madurar como personas, creyentes y ciudadanos ejemplares”, declaró Benedicto XVI, emendando que para esto la Iglesia no dejará de promover el matrimonio entre los jóvenes.
En lo que se refiere a los recursos naturales, Benedicto XVI invocó la geografía y la biodiversidad del país centroamericano para destacar la importancia y pedir la continuidad de la preservación del medio ambiente y la búsqueda de desarrollo sustentable.
El Pontífice concluyó su encuentro con el diplomático reforzando sus votos al embajador y pidiendo las bendiciones de Nuestra Señora de los Ángeles a él, a toda Costa Rica “y al querido pueblo costarricense”.
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