San José (Martes, 26-08-2014, Gaudium Press) El arraigado carácter cristiano de Costa Rica fue ratificado por un estudio reciente destacado por el informativo Religión en Libertad: un 85% de los ciudadanos entrevistados reporta que reza, siete de cada 10 se declara católico y apenas un 4.3% afirma no pertenecer a una religión. El estudio, adelantado por la Dra. Laura Fuentes, concuerda en algunos análisis con la posición de los Obispos latinoamericanos y del Caribe reunidos en Aparecida, Brasil, en 2007.
El método del estudio, basado mayoritariamente en entrevistas telefónicas y un número de entrevistas en profundidad, presenta según el informativo algunas limitaciones, sin embargo los resultados parciales que han sido dados a conocer muestran aspectos de interés para la evaluación de la identidad religiosa del país. Las respuestas dadas por los entrevistados confirman el carácter casi totalmente cristiano del país con un elevado porcentaje de católicos (cerca de un 70%) y un 25.3% de cristianos no católicos. Un 4.3% declaró no estar afiliado a ninguna religión, sin que se ofrezca un dato específico sobre qué parte de este pequeño porcentaje considera que Dios no existe.
Costa Rica es uno de los pocos países que aún conservan la declaración de la Iglesia Católica como la religión oficial en la Constitución del País. Pese a la influencia de otros países que promueven una fuerte separación entre Iglesia y Estado, sólo un 25.3% de los ciudadanos estudiados manifestaron su deseo de dicha separación. Un 47.4% afirmó que el Estado debe colaborar activamente en los proyectos sociales de las instituciones religiosas.
Sobre el nivel de compromiso de los creyentes, el estudio afirma que los católicos practicantes corresponderían a un 42% del total, mientras que las personas que han dejado la práctica de la fe “no parecen estar en el camino del abandono del catolicismo”, ni “en el punto de la conversión hacia otra fe”, según la dra. Fuentes. En su lugar, identificó a los alejados mo personas que parecen “decepcionadas” o aburridas, que es la característica observada por otros creyentes no católicos no practicantes. Para la investigadora, “la posición en que ellos persisten es una posición de elaboración individual, también pasa por el alejamiento de la comunidad católica”.
Esta apreciación se identifica con lo expresado con los Obispos en el Documento de Aparecida, recordó Religión en Libertad. Quienes se apartan de la vivencia de la fe, afirman, no lo hacen por lo que creen sino principalmente “por lo que ellos viven; no por razones doctrinales, sino vivenciales”. Por este motivo, propusieron un acercamiento pastoral a estas personas, el refuerzo del testimonio de vida de los creyentes, el fomento de la fraternidad en las comunidades, la formación profunda en la fe y la palabra y el compromiso misionero de toda la comunidad.
Con información de Religión en Libertad.
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