Según los Estatutos de los Heraldos del Evangelio, los Cooperadores son aquellos que “aunque sintiéndose identificados con el espíritu de la Asociación, no pueden asumir plenamente los fines de la entidad, por sus compromisos clericales, su pertenencia a algún instituto de vida consagrada o sociedad de vida apostólica, o sus deberes matrimoniales o profesionales” (Estatutos, 9).
Al ser, por lo tanto, laicos casados o solteros que viven en el mundo, sacerdotes, diáconos, religiosos, religiosas, seglares de vida consagrada o miembros de otras asociaciones o movimientos eclesiales, los Apóstoles de los Heraldos del Evangelio, además de observar los preceptos y deberes propios a su estado, se esfuerzan por vivir en conformidad con el carisma y la espiritualidad de la Asociación, dedicándole su tiempo libre y comprometiéndose a cumplir algunas Obligaciones.
El pasado domingo 8 de mayo, 22 nuevos cooperadores pasaron a formar parte de la familia de los Heraldos del Evangelio. Durante la Santa Misa, renovaron su consagración a Jesús por las manos de María Santísima, firmaron sus compromisos y recibieron la túnica con la Cruz característica de la asociación.
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